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Morir en la Empresa

ANTONIO ÁNGEL PÉREZ BALLESTER Socio-director de INFLUYE Desarrollo&Coaching

Publicado por vmiralles
lunes, 08 de marzo de 2010 a las 00:00

Veinticuatro suicidios desde febrero de 2008 a agosto de este año en una sola empresa: France Telecom (Orange); 100.000 empleados solo en Francia. Empresa pública reconvertida en privada, conservando el Estado el 27%. Todos funcionarios. Ni huelgas ni despidos masivos. En 2006, 20.000 funcionarios son invitados a salir con prejubilaciones; entran 5.000 jóvenes cachorros a mitad de precio: rentabilidad. 14.000 funcionarios obligados a cambiar de función, puesto o lugar de residencia: adaptación. 24 personas deciden dejar de vivir. ¿Psicopatías previas? Muy probable. ¿Presión desmedida? Seguro. Caen los débiles: supervivencia. 18 meses sin saltar la tragedia (¿o el escándalo?). Nada nuevo. En la primera tanda (2002), ya se quitaron la vida 29 personas; y otras 22 en 2003: daños colaterales. Multinacional, estado dentro del Estado; el felpudo de entrada como frontera; fuera, la vida, dentro, la muerte. Aislamiento, opacidad, objetivos, cortoplacismo, temor, humillación, sufrimiento, aislamiento, muerte. Beneficios. Mirar para otro lado. Servicios Médicos: seguimiento de bajas por depresión, ansiedad o estrés. ¿Propuestas de medidas, prevención, denuncias? Recursos Humanos: evaluación de potencial, desarrollo, las personas el capital más importante, promoción y desvinculación. Monigotes y cómplices. Sindicatos. Informes, protestas, creación del Observatorio del Estrés y la Movilidad Obligatoria; en marzo detectan “una tasa anormalmente elevada de suicidios”; ¿Dónde estaban los Secretarios sectoriales o nacionales? El suicidio número 22, Michel, delegado de personal en el comité de seguridad e higiene, supone la primera baja en sus filas. Abandonan los observatorios, los informes, las protestas y atacan. La Inspección de Trabajo. No aparece, ¿nadie denunció, o no cayó ningún cadáver en su puerta? Compañeros y compañeras, jefes y jefecillos; ¿hablan, escriben, se manifiestan, acudieron a los entierros, hacen huelga? Presidente, monsieur Lombard proclama el mensaje institucional para Orange en 2008: “Más lejos, juntos”. Más allá. Hasta la muerte. Los medios de comunicación. Independientes, veraces, al pie de la calle, sin ataduras, buscando la noticia, investigando, arriesgando. Relaciones institucionales, subvenciones, contactos, llamadas, filtros, influencias. Todos mirando para otro lado. El Presidente Lombard, rechaza inicialmente que el “sistema de gestión” de FT sea distinto al de cualquier compañía competitiva en territorio francés. Puede. Claro, eran funcionarios. Tampoco hay que dramatizar: la tasa de suicidios en Francia por cada 100.000 habitantes, es de 26,2 en los hombres. La tasa de FT, se encuentra dentro de los parámetros habituales, (con la salvedad que los 100.00 pertenecen a un mismo colectivo). La presión de Sarkozy hizo efecto. Cese de Wenes, el ejecutor del “sistema de gestión”. Freno a la movilidad desmesurada, teléfono gratuito para desahogo de los agobiados, despliegue extraordinario de médicos, asistentes Sociales y psicólogos. Atrás quedan sus comentarios de “moda de suicidios”, reforzados por Recursos Humanos que dejó la cosa en “algunas personas débiles que no se adaptan a los cambios”. El sistema se pone en marcha. Hasta la próxima. Pueden enterrar en paz a sus muertos. Pero sin honores. Lo peor no son los hombres malos, sino el silencio de los hombres buenos (Luter King). Esta crisis es humana, y la solución, también. Lo que describo y cuento a mi manera es aterrador, pero ha ocupado poco espacio en la prensa escrita y escaso o nulo (al menos, no le he visto) en la televisión (¿influencia de compañía “hermana”?). No ha merecido editoriales, ni nuestras organizaciones empresariales o sindicales han levantado su voz. ¿Qué está pasando? Algunos creen que encarcelando a Madoff, interviniendo entidades que sus gestores han llevado a la quiebra, o imponiendo más regulaciones al mercado, esta crisis pasará. Pero volverá a ocurrir, pues las causas no se reconocen, ni se quieren conocer, ni menos, solucionarlas, y France Télecom es una muestra palpable donde los sacrosantos objetivos de la “organización” –en realidad, la codicia, y la obsesión por el máximo beneficio, de su presidente y consejo de administración- prevalecen sobre las personas, sus emociones, su salud, su vida. Las tres enfermedades de la actual civilización son la progresiva incomunicación, una revolución tecnológica que no tenemos tiempo para asimilar ni sabemos a dónde nos lleva, y una concepción de la vida que únicamente pasa por el triunfo personal, individual” (J. Saramago) P15

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